En el centro de Castro, hace cinco años, desapareció Rodrigo Ramos Cordero, un mochilero que llegó a Chiloé desde Aysén en busca de oportunidades laborales. Desde entonces, su caso se ha convertido en uno de los más emblemáticos de desapariciones en la zona. A pesar de los allanamientos, operativos masivos y mensajes macabros en redes sociales que insinuaban su entierro, la causa ha sido cerrada sin dar respuestas a su familia. El 4 de octubre de 2020 se perdió el rastro de Rodrigo, quien fue visto por última vez con un grupo de jóvenes en la capital chilota. A pesar de los esfuerzos por encontrarlo en diferentes sectores, como el tranque y la costanera, y los dispositivos de rastreo especializado en el pasaje Luis Espinoza, no se encontraron evidencias que revelaran su paradero. Rosa Cordero, madre de Rodrigo, continúa sintiendo la misma impotencia y dolor desde el primer día de su desaparición. A pesar de viajar desde Placilla (Región de O’Higgins) a Chiloé hace casi dos años en busca de respuestas, no ha surgido ninguna hipótesis sólida sobre lo ocurrido. Según ella misma expresó: “Con todo el tiempo que ha pasado, no es que las fuerzas se terminen, sino que estamos más frágiles porque nadie te ayuda como debiera ser.” Incluso mencionó la falta de apoyo hacia las familias que atraviesan situaciones similares: “Nadie se pone en tu lugar, una familia que perdió un hijo, que tiene uno desaparecido. Solamente el caso de Rodrigo se trató como un número, otro extraviado más en la Isla… si tú no tienes dinero o un apellido, te conviertes en un caso cualquiera”. A pesar de los años transcurridos, Rosa mantiene la esperanza de obtener alguna pista que aclare lo sucedido con su hijo. “Lo que queremos es aclarar lo que pasó con mi hijo. No puede ser que en este tiempo no exista alguna pista o alguien que haya aportado información”, afirmó. En cuanto a los amigos que estuvieron con Rodrigo en Castro, Rosa señaló: “No digo que ellos algo le hicieron, pero nunca fueron investigados en profundidad”. Actualmente, fuentes del caso han confirmado que la causa está cerrada. El fiscal jefe de Castro, Enrique Canales, mencionó: “Ninguna de las diligencias arrojó una línea de investigación que permita alcanzar un resultado”. Fuente: SoyChile Chiloe
En el centro de Castro, hace cinco años, desapareció Rodrigo Ramos Cordero, un mochilero que llegó a Chiloé desde Aysén en busca de oportunidades laborales. Desde entonces, su caso se ha convertido en uno de los más emblemáticos de desapariciones en la zona. A pesar de los allanamientos, operativos masivos y mensajes macabros en redes sociales que insinuaban su entierro, la causa ha sido cerrada sin dar respuestas a su familia. El 4 de octubre de 2020 se perdió el rastro de Rodrigo, quien fue visto por última vez con un grupo de jóvenes en la capital chilota. A pesar de los esfuerzos por encontrarlo en diferentes sectores, como el tranque y la costanera, y los dispositivos de rastreo especializado en el pasaje Luis Espinoza, no se encontraron evidencias que revelaran su paradero. Rosa Cordero, madre de Rodrigo, continúa sintiendo la misma impotencia y dolor desde el primer día de su desaparición. A pesar de viajar desde Placilla (Región de O’Higgins) a Chiloé hace casi dos años en busca de respuestas, no ha surgido ninguna hipótesis sólida sobre lo ocurrido. Según ella misma expresó: “Con todo el tiempo que ha pasado, no es que las fuerzas se terminen, sino que estamos más frágiles porque nadie te ayuda como debiera ser.” Incluso mencionó la falta de apoyo hacia las familias que atraviesan situaciones similares: “Nadie se pone en tu lugar, una familia que perdió un hijo, que tiene uno desaparecido. Solamente el caso de Rodrigo se trató como un número, otro extraviado más en la Isla… si tú no tienes dinero o un apellido, te conviertes en un caso cualquiera”. A pesar de los años transcurridos, Rosa mantiene la esperanza de obtener alguna pista que aclare lo sucedido con su hijo. “Lo que queremos es aclarar lo que pasó con mi hijo. No puede ser que en este tiempo no exista alguna pista o alguien que haya aportado información”, afirmó. En cuanto a los amigos que estuvieron con Rodrigo en Castro, Rosa señaló: “No digo que ellos algo le hicieron, pero nunca fueron investigados en profundidad”. Actualmente, fuentes del caso han confirmado que la causa está cerrada. El fiscal jefe de Castro, Enrique Canales, mencionó: “Ninguna de las diligencias arrojó una línea de investigación que permita alcanzar un resultado”. Fuente: SoyChile Chiloe
