En un esfuerzo por preservar y fortalecer sus tradiciones ancestrales, comunidades huilliche de Chonchi participaron en un trafkintu, tradicional intercambio cultural y económico, realizado en la comuna de Ancud. La actividad, enmarcada en el Programa PDTI, reunió a 20 agricultores y representantes de estas comunidades, quienes compartieron semillas, saberes y productos en un acto que refuerza su identidad y su vínculo con la tierra. La jornada comenzó con una ceremonia de agradecimiento a la naturaleza, conocida como tragun, donde los asistentes presentaron sus comunidades y expresaron su gratitud. Posteriormente, se realizó la yeyipun, una rogativa de inicio dirigida por la maestra de paz, Elvia Ule, marcando el carácter sagrado del encuentro. El momento central fue la apertura oficial del trafkintu, también llamado cheuke, y del mizagun, espacio donde los participantes compartieron alimentos tradicionales traídos por cada comunidad. Este acto refuerza la cosmovisión huilliche, en la que el trueque trasciende lo económico y se considera un acto sagrado y de reciprocidad. Durante el intercambio, se compartieron semillas nativas como papas chilotas, habas y quilineja, además de productos agroecológicos, artesanías en lana y madera, entre otros. Todo ello bajo el principio del Küme Mongen o buen vivir, enfatizando la importancia del respeto por la tierra y la sostenibilidad. Fuente: SoyChile Chiloe
En un esfuerzo por preservar y fortalecer sus tradiciones ancestrales, comunidades huilliche de Chonchi participaron en un trafkintu, tradicional intercambio cultural y económico, realizado en la comuna de Ancud. La actividad, enmarcada en el Programa PDTI, reunió a 20 agricultores y representantes de estas comunidades, quienes compartieron semillas, saberes y productos en un acto que refuerza su identidad y su vínculo con la tierra. La jornada comenzó con una ceremonia de agradecimiento a la naturaleza, conocida como tragun, donde los asistentes presentaron sus comunidades y expresaron su gratitud. Posteriormente, se realizó la yeyipun, una rogativa de inicio dirigida por la maestra de paz, Elvia Ule, marcando el carácter sagrado del encuentro. El momento central fue la apertura oficial del trafkintu, también llamado cheuke, y del mizagun, espacio donde los participantes compartieron alimentos tradicionales traídos por cada comunidad. Este acto refuerza la cosmovisión huilliche, en la que el trueque trasciende lo económico y se considera un acto sagrado y de reciprocidad. Durante el intercambio, se compartieron semillas nativas como papas chilotas, habas y quilineja, además de productos agroecológicos, artesanías en lana y madera, entre otros. Todo ello bajo el principio del Küme Mongen o buen vivir, enfatizando la importancia del respeto por la tierra y la sostenibilidad. Fuente: SoyChile Chiloe