Este viernes por la tarde, el Juzgado de Garantía de Rancagua decretó prisión preventiva para los dos últimos detenidos en el violento y millonario robo a una sucursal de Brinks en la ciudad, ocurrido el pasado 23 de agosto. Los imputados son un padre y su hijo, quienes, según la Fiscalía, desempeñaron roles cruciales en el delito.
De acuerdo con la Fiscalía, los detenidos facilitaron un sitio para el cambio de vehículos en los que se transportaban los más de 12 mil millones de pesos robados y participaron en la eliminación de pruebas. La jueza Jessica Bascuñán detalló durante la audiencia que ambos reconocieron su participación en la recepción y ocultación del vehículo que trasladaba el dinero, así como en la destrucción de evidencias.
La jueza Bascuñán argumentó que, debido a la gravedad de los delitos y la pena asignada por la ley, la prisión preventiva es una medida proporcional y justificada para estos imputados. La medida se aplica por considerar el peligro que representan para la seguridad de la sociedad.
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